¡O sí!

Mientras todas mis amigas y compañeras estaban buscando chambelanes y el vestido correcto para sus fiestas de XV años yo estaba poniendo mis manos a la obra para la búsqueda de Otra cosa. 

Siempre estuve en escuelas religiosas y pocas veces se mencionaron temas de sexualidad. Cualquier tipo de sexualidad (a excepción de la típica explicación somera y encubierta del viejo mete-saca).

Afortunadamente, me topé con un programa de televisión (sí, ese viejo aparato) en donde se hablaba de sexualidad y sus diferentes presentaciones. Hablaban de métodos anticonceptivos, de enfermedades de transmisión sexual (cómo prevenirlas y tratarlas), de fetiches, de las primeras veces y alguna vez hablaron de sexo lésbico... Entre esas primeras veces hubo una que atrapó mi atención: la masturbación (o mi primera vez conmigo misma). 

Mencionaron generalidades sobre cómo realizar ese ritual. Privacidad, curiosidad y exploración. Pensé que esa noche todos los elementos se podían conjuntar para iniciar mi investigación en ese tema.

Antecedentes
Previamente sólo había tenido sueños en dónde mi cuerpo manifestaba su deseo desde el subconsciente. Había mañanas en donde me despertaba porque mis manos habían quedado atrapadas -ahí-  y empezaba a sentir demasiado... -ahí- pero no sabía qué hacer con eso.

Desarrollo
Esa noche le puse seguro a mi cuarto. Jamás lo hacía, pero esa noche era especial. Empecé a tocarme primero sobre mi ropa interior y luego debajo de ella. La reacción fue inmediata y el caudal -y los otros caudales que descubrí al explorar otras zonas- encontraron su propio camino al sur. Sí, fue una noche larga.

Desenlace(s)
Esa noche descubrí cuánto poder se aloja en nosotras. Esa noche descubrí cuánto poder tienen las manos. Esa noche descubrí que hay muchas cosas de lasa cuales no se habla y que por eso ¡ni siquiera tienen nombre!.

Creo que no pude haber tenido una mejor primera vez. En el fondo sentía como si hubiera sido una rebelión a esa sexualidad tan restringida que siempre nos han tratado de imponer. Una plantilla de sexualidad que no me ajustaba de ninguna manera. Estaba feliz porque no me descubrí a través de un hombre -ni de nadie más.

Aquí una canción de la Javiera Mena para seguir echando mano al tema:



Comentarios

  1. me recordaste esto... http://www.cds.hawaii.edu/sites/default/files/downloads/resources/diversity/SisterOutside.pdf

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