Días de verano

El inicio de este verano tuvo una serie de eventos bastante desafortunados para mí. Primero me chocaron, luego me asaltaron a punta de navaja y luego rompieron el cristal del auto para intentar robar lo que había adentro. Todo esto en menos de dos semanas. 

Sentía que una nube negra me perseguía y a pesar de todo, intentaba mantener una buena actitud. De un tiempo hacia acá he estado pensando que esas malas rachas son una oportunidad para ver las cosas de una manera diferente. Sin duda son una sacudida y creo que la maldad o lo malo de la vida jamás dejará de suceder. Es necesario que eso exista para que su contraparte también lo pueda hacer. 

Hablando de la contraparte de lo malo, este verano ha tenido una estrellita. Conocí a mucha gente muy buena. Es increíble cómo puedes hacer clic con alguien desde los primeros segundos e intuyes desde entonces que esas personas ocuparán un lugar importante en tu vida. Aún no sé si todo esto pasa por la ley de la atracción o simplemente es una muy agradable coincidencia. Sea como sea, ambas hipótesis concuerdan en que estaba buscando desde hace tiempo y que casi de la nada, ha llegado. 

Este verano ha traído consigo, además de todo, un par de proyectos muy interesantes. Uno de ellos es este blog. Gracias Ele y gracias Dul  por invitarme a escribir y gracias también por la inspiración y diversión fuera de lo virtual. 

Hace unos años alguien me dijo que estamos en el lugar donde debemos estar y en ese entonces lo tomé como una frase mediocre, como una frase que invita a no moverte, a no conocer más, a no salir de tu zona de confort... La vida se ha encargado de darme unas cuantas bofeteadas para revelarme la intención real detrás de esa frase. Ahora pienso que no tiene nada que ver con quedarse inmóvil y satisfecho con lo que hay en donde nos encontramos sino todo lo contrario. Probablemente llegamos a cada lugar para -precisamente- descubrir algo aunque el lugar parezca ser lo más inhóspito del planeta. Pienso que esa frase habla del presente y de estar alerta de lo que sucede .alrededor y también al interior de nosotros. Al final, la vida no se trata de los lugares a donde queremos llegar sino de los lugares por los que pasamos para llegar ahí.