sanar

La última vez que estuve en Alemania conocí a varios latinoamericanos increíbles. Uno de ellos, un yucateco que había llegado para continuar y despegar su carrera de músico ahí. 

Él daba clases de guitarra a Claudia y a Valentina. En varias ocasiones pude ver cómo eran las clases y más allá de enfocarse en la técnica, él les hablaba sobre la motivación para estudiar y la perseverancia que debían tener para poder mejorar. 

En una ocasión salimos a cenar los 4 y nos contó su historia de amor con una alemana. Ese día acababan de terminar su relación y él estaba muy tranquilo tomándose una cerveza. Una de las cosas que nos dijo ese día resuena mucho en mi estos días. Dijo que la relación con ella la había disfrutado mucho y que en ese momento estaba como un niño después de haberse subido a una montaña rusa, feliz, extasiado, un poco triste porque la vuelta había terminado y muy expectante por el siguiente viaje, que sí fuera por él, lo habría repetido inmediatamente y que por eso, estaba tranquilo. 

Luego mencionó que esa relación había sido muy especial para él porque los dos se habían dado la oportunidad de sanar heridas de (¿guerra?) relaciones pasadas. Recuerdo que en ese momento algo hizo clic en mi cabeza. 

Creo que no existe un timing perfecto para las relaciones. Es decir, si nos tomáramos todo el tiempo del mundo para curarnos los moretones, raspones, quemaduras, traumas y traumatismos que nos quedan después de una relación, aunque haya sido buena, pero terminó al fin... si nos tomáramos todo ese tiempo, probablemente no nos quedaría mucho tiempo para volver a vivir esa experiencia. 

Con Fernanda siento como si fuera la primera vez en muchas cosas. Siento que le di reset al juego del amor y creo que ella también. A veces no sé quien tuvo más suerte, si ella por toparse con alguien como yo o yo por toparme con alguien como ella. No sé si ella se da cuenta, pero ha habido algunos momentos que son como bálsamo para el corazón.


(Perdón, no puedo superar a Drexler ni a dejar de estar fascinada con el ingenio y la pasión del ser humano)

Comentarios

  1. qué buen maestro, ¿no? a veces no necesitamos que nos transfieran conocimiento tanto como necesitamos que nos ayuden a ser disciplinados


    del timing... empecé mi relación con Sabina antes de curarme de la relación anterior. pienso que no fue buena idea, deberías ver las cosas que le decía a Sabina al principio, pobrecita. pero también me pasa por la cabeza que si no me hubiera animado en ese momento, tal vez nada hubiera pasado.
    tengo la idea de que lo mejor es dejar tiempo entre una y otra relación, reconectar con uno mismo, ver qué pasó para no repetir errores. quién sabe, en este como en otros temas, en dónde está la línea de lo adecuado y lo no adecuado, supongo que cada situación es particular

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    Respuestas
    1. muy buen maestro... esos consejos y ver el ejemplo en alguien tan dedicado motivan mucho en muchos aspectos y del timing...

      a mí me ha tomado mucho tiempo volver a encontrar el equilibrio después de mis relaciones; 3 y 1 año... pienso que todavía quedan cosas por arreglar. A veces uno llega a asimilar cosas en los momentos menos esperados.

      Pienso que prácticamente todos andamos atravesando un proceso de lo que sea, desde asimilar una relación pasada, dramas familiares hasta re-evaluaciones profesionales y pienso que es importante darle un espacio a la otra persona para que haga lo que tenga que hacer, claro siempre y cuando sea justo para ambas partes.

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